martes, 3 de noviembre de 2009

ANÁLISIS DEL LIBRO UN MEXICANO MÁS

Un mexicano más narra la historia del México de hace unos cuantos años, en una población como muchas de aquellas épocas; podría pensarse que los estereotipos que se manejan en esta obra han quedado en el pasado dado que se han presentado cambios estructurales y de fondo en nuestro sistema político y educativo; la modernización educativa tiende a superar las deficiencias que venían sumiendo al país en la pobreza y la marginación, la alianza por la calidad educativa es una clara muestra de ello, sin embargo, como lo he manifestado en los anteriores trabajos, habría que hacer un análisis de los integrantes, a los actores de estos procesos para evaluar en qué medida han sido efectivos estos cambios.

Haciendo el repaso de lo que argumenta Sánchez Andraka en este libro, encontramos al niño de 16 años que representa a la media de nuestros estudiantes en el nivel de bachillerato, reglado por las normas morales que le brinda el abanico de valores que le inculcan sus padres, lo que le alimenta en casa y, por otro, tentado por todo un bagaje de influencias sociales entre los que destacan los amigos, los vicios comunitarios, las enfermedades sociales.

Un chico inteligente cuyas cualidades le llevan a entrar en el mundo de la política, lugar donde en aras de su confusión se encuentra con personajes que hasta ese momento eran todo un modelo a seguir para él, se encuentra con la ambigüedad de lo que dicen los libros y más aún, los argumentos incoherentes de sus propios “héroes” en la educación, sus maestros.

Hasta aquí preguntaría entonces ¿cómo se han modificado los roles de los docentes?, ¿hasta que grado nuestra influencia como maestros puede beneficiar o perjudicar el desarrollo del educando? y, ¿cómo ha sido nuestra formación?, quizá suene reiterativo, pero si analizamos un poco los argumentos del autor, nos daremos cuenta de que ese México pasado sigue vigente todavía, al grado de que la educación se ha politizado de tal forma que hemos perdido bastante credibilidad acerca de lo que hacemos.

Ya mucho se ha criticado la esfera política en cuanto a que los dirigentes educativos tienen aún mayor peso que los altos dirigentes gubernamentales, se habla también del grado de corrupción enorme que hay en nuestro país, en fin, pero, ¿y las necesidades del educando?, ¿la verdadera calidad en la educación?, basta con ver las noticias para imaginar la cantidad de alumnos que no tienen clase porque hay paro de maestros, hay que contar los días que se suspenden las clases porque hay reuniones sindicales o consejo técnico, por mencionar algunos ejemplos.

Es una situación comprometedora, no se donde queda la parte del argumento que dice que la educación debe estar por encima de cualquier interés político, económico o de cualquier índole cuando lo que se muestra es una serie de coaliciones que lo único que hacen es seguir hundiendo la educación tras la máscara de un mejor desarrollo y mejor calidad de vida al invertir en educación, como si se tratara de generar solo más inmuebles o de acondicionarlos con materiales u obras que harán que la escuela se vea más bonita y atraiga mayor población estudiantil.

Pero según Juan Sánchez Andraka, no todo está perdido, existe también la contraparte, el profesor con vocación, preocupado por el bienestar de los alumnos, diferente a los otros que no tienen vocación y que enseñan sin ser congruentes con lo que hacen; el que enseña en los valores, con honestidad y que desafortunadamente, en esta historia lleva las de perder (sólo en la historia), el que ha tenido una buena formación y que influencia el aprendizaje de manera positiva.

Aquel que está condenado a padecer el rechazo del “gremio” pero que tiene una visión distinta de la educación y de sus propios alumnos y que tal vez, en el peor de los casos, a la larga deberá formar parte de la cultura del silencio porque se encontrará candados cada día más fuertes que le impidan o le limiten ejercer su profesión con amor.

Lo peligroso de esto es que por un lado se encuentran sus excelentes expectativas, nuevas estrategias, nuevas tendencias pero por otro, se encuentran sus viejos modelos de transmisión de conocimientos, aquello que aprendió en la escuela y que se cuestiona ¿ahora cómo aplico todo este acervo con el que cuento?, respuesta... como Dios me de a entender.

Volviendo a nuestro protagonista he de mencionar que el quería ser un buen abogado, la pregunta obligada sería, con esas aptitudes, con esa capacidad intelectual y con esas orientaciones con las que cuenta, ¿cómo habrá de ejercer su profesión, cuáles serán los valores sobre los que descanse su preparación y cuál va a ser entonces su finalidad?... ¿se volverá maestro?

La reflexión me lleva a pensar que ese México histórico, está presente y que los protagonistas siguen viviendo de las regalías de estos estereotipos porque la justicia así es, y si no, basta con ver como la gente que no deja, que no permite el desarrollo educativo, es la misma que se planta frente a los medios para decir que las cosas van a cambiar, que se va a erradicar la corrupción y que las condiciones para los profesionales de la educación serán cada vez mejores.

Sigámonos tirando la bolita, sigamos dejando que nuestra autonomía como docentes se pierda, sigamos traficando con la educación, total, parece que lo que es malo, no lo es tanto, total si al elegir nos equivocamos siempre habrá opciones para “corregir” en el camino y si no, de todos modos habrá argumentos para justificar como el “Yo creo que estaríamos mejor con...”

Referencia

Un Mexicano Más
Juan Sánchez AndrakaEditorial Proculmex S. A. De C. V.

3 comentarios:

  1. Hola buenas tardes mi nombre es Jose Leyva y trabajo con el Maestro Juan Sanchez Andraka,me tope de casualidad con este blog,fijate que vamos a comenzar unas presentaciones en el Df y el estado en algunas escuelas con el maestro ,me puedes contactar en maxpowers26@hotmail.coM podemos arreglar una presentacion donde nos diga

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